Lorena Antezana: «Hay una mala formación periodística en relación a cuál es la función que se debe cumplir»
Mientras en el Congreso se discute la propuesta ley que busca despenalizar el aborto en Chile, la profesora de la Universidad de Chile y ex presidenta del INCOM, Lorena Antezana, se ha dedicado a investigar de qué manera los medios de comunicación y la televisión se han hecho cargo de cubrir el tema.
Con una amplia trayectoria en investigación en comunicación social y televisión, la profesora Antezana, en conjunto con la profesora de la Universidad de Chile, Claudia Lagos, hoy estudia las campañas a favor y en contra del aborto en Chile y América Latina. La investigación se centra principalmente en el tema del tratamiento de las imágenes sobre aborto y qué es lo que está haciendo la prensa en relación al tipo de imágenes que pone a circular para poder referirse a la temática.
«Con la profesora Lagos también estamos trabajando en una investigación, asociada a un profesor de la Universidad de York, que tiene que ver con el ámbito de los blogs. Ahí estamos innovando. Lo que estamos haciendo es trabajar con los comentarios que se producen en noticias que están relacionadas al tema del aborto. Queremos tratar de ver cuáles son los sentidos comunes que están a la base de la construcción de ciertos imaginarios sociales que hacen que seamos una sociedad muy reticente a este tipo de propuestas», comenta la profesora Antezana.
– ¿Cuáles son los principales problemas en la cobertura televisiva del aborto?
– Existen varios problemas en relación al tratamiento del aborto en la prensa en Chile. Primero, no se ve una especialización de los periodistas que cubren estos temas, un problema que se replica en muchos otros temas sociales. Segundo, se convierte al aborto en un acontecimiento traumático y se lo trata mediáticamente de esa misma forma. Igual que el tema del femicidio, que se trata como un tema policial y pierde toda la característica que debiese tener en relación a un problema social. En el caso del aborto pasa lo mismo, porque lo que vemos es que o se penaliza y se castiga o se lleva al extremo y se faranduliza el tema. Hay una mala formación periodística en relación a cuál es la función que se debiese cumplir. No hemos visto ningún articulo en la prensa que profundice en las razones del problema. O bien se cubre como se cubre la política, siendo un espectáculo de lo que se dice, o se cubre como un hecho policial vinculado al tema delictual y el castigo.
– Debiese haber una cierta especialización de parte de los periodistas, porque estos son temas están vinculados a la problemática del género. Tiene que ver con el tema del cuerpo y con derechos básicos también. En todos estos temas, así como se aprende a hablar de pobreza para no estigmatizar, también se debería aprender a hablar de otros problemas sociales y complejos. La prensa no debería remitirse a lo puntual, sino precisamente trabajar en la lógica de los antecedentes, convertirlo en un problema social que se está discutiendo. Pero por sobre todo tomar en cuenta a las mujeres, porque al parecer lo que no está es la voz de la mujer. Hablan los expertos, hablan los políticos, hablan los padres y los hombres ¿pero dónde están las mujeres en esta decisión que las afecta tanto? Hablan solo cuando son víctimas y ahí se vuelve a la misma lógica de cobertura del noticiario televisivo, cuando las mujeres aparecen en general en un rol de víctima.
– ¿Este proceso se puede deber a una baja presencia femenina en los medios de comunicación?
– No es que existan menos mujeres en los medios, de hecho las que más estudian periodismo hoy son las mujeres. Lo que pasa es que los lugares que ocupan las mujeres en esas cadenas de producción y las pocas que llegan a puestos más importantes, actúan bajo una lógica masculina. Nosotros hicimos un estudio sobre las presentadoras en televisión de los noticiarios chilenos y a pesar de que efectivamente hay paridad de género, la presencia de las mujeres es mucho más dura que lo sensible que se muestran los hombres. Es como si la mujer, para poder ganarse ese espacio profesional, tuviera que masculinizarse de alguna manera. Es lo mismo que pasa en la universidad o en un montón de otros lugares. En televisión empieza a aparecer eso mismo. Puedes tener unas pocas mujeres ocupando espacios, pero las pocas que están ahí adoptan las prácticas y las lógicas de lo que ya estaba construido a la medida de los hombres.
– ¿Qué se les debería pedir a los medios?
– Hay ciertos modelos y estereotipos que pueden trabajarse de una manera distinta en las imágenes que se difunden. Los periodistas tienden a restarle valor al tema de la imagen. Cuando un periodista está trabajando sobre la temática del aborto, ni siquiera está pensado qué imagen va a acompañar la nota. No se le da una importancia mayor. Los que estamos trabajando en imagen, estamos tratando de mostrarle a los estudiantes que todo está diciendo algo y que la imagen por sí sola es un tipo de lenguaje y que está construyendo cierto tipo de imaginarios.
– Hasta ahora lo que muestran los resultados de nuestras investigaciones es que tanto las notas periodísticas a favor como en contra del aborto tienden a usar imágenes de niños felices, patitas de bebes, mujeres embarazadas. Pero también las imágenes del aborto están asociadas muchas veces a muerte, a sangre, a lo oscuro. En esta lógica si a alguien le preguntan con qué cosas asocia el aborto, se respuesta probablemente sea a la muerte. Los periodistas están organizando estructuralmente un concepto.
INCOM
La académica experta en Semiología, Lenguaje y Cultura y Doctora en Información y Comunicación por la Universidad Católica de Lovaina, reconoce que «una de las razones por las cuales creamos esta asociación es porque era muy difícil pensar en un acumulado de investigación en Chile si ni siquiera sabíamos qué era lo que otros investigadores dentro del mismo país estaban realizando. Existía mucha dispersión en torno a dónde se estaba investigando y a dónde se publicaba y por tanto nosotros no podíamos aprovechar esos conocimientos locales para aplicarlos».
Sin embargo, desde la creación del INCOM en 2011, Antezana afirma que los congresos anuales que realiza la asociación son «una excelente instancia, no solamente para mostrar lo que uno está haciendo, sino que también para escuchar lo que otros están haciendo. Y eso es lo que en definitiva va a consolidar ciertos acumulados, líneas y tradiciones que puedan a su vez ser reconocidas en el resto de América Latina».
«Lo que nosotros vayamos aprendiendo en determinados temas puede nutrir lo que investigadores de la región van investigando y viceversa. Gracias a que existen estos encuentros uno ha podido establecer conexiones y vínculos con académicos de otras universidades, lo que facilita enormemente el trabajo que se está haciendo y además permite mejorar lo que hacemos, no solo en materia de investigación, pero también en docencia», agrega.
Por último, la profesora Antezana asegura que «el trabajo colaborativo es complejo de realizar, pero siempre es más rico que el trabajo individual. Yo creo que ya pasó la etapa de los lobos esteparios en sus cuevas investigando solos. Ahora es necesario aprovechar lo que otros están haciendo y lo que otros han hechos incluso mejor que uno mismo».
El II Congreso Nacional de la Asociación Chilena de Investigadores en Comunicación, INCOM, se realizará entre el 5 y 6 de noviembre de este año en Antofagasta, Chile. Puedes encontrar más información en haciendo click aquí.